Wednesday, April 8, 2009

Fujimori o el inicio de un precedente

El 7 de Abril de 2009 pasará a la historia como un día de gran significado para la colectividad latinoamericana y de especial relevancia para el Perú. Y es que la opinión pública peruana está dividida: por un lado Fujimori, quien aun goza de altos índices de popularidad, es visto como el mandatario que liberó al Perú de la amenaza terrorista de Sendero Luminoso y Túpac Amaru y por otro lado como un tirano contumaz que asestó un autogolpe para perpetuarse en el poder por diez años (1990-2000), durante los cuales abusó sistemáticamente de los derechos humanos, asesinó a opositores y fomentó una cultura de corrupción generalizada que tuvo como máximo adalid a Vladimiro Montesinos, quien la personificó.

Ahora, casi diez años más tarde, ha sido condenado a 25 años de prisión por el cargo de autoría mediata- un concepto jurídico que permite condenar al “autor detrás del autor”- en varios crímenes que cometieron escuadrones de la muerte a su servicio. Esto crea definitivamente un precedente en la historia de América Latina, al ser Fujimori el primer ex presidente elegido democráticamente en ser condenado por un crimen en su país natal.

Sin embargo, este caso está lejos de convertirse en un caso cerrado. Ya su hija, la mimada y temperamental Keiko Fujimori, ha anunciado demostraciones y mítines para defender a su padre. Estos enunciados provienen de quien lidera, según varias encuestas, las preferencias para la presidencia de Perú en 2011. Con este antecedente tampoco se descarta, en un país tan acostumbrado a la falta de institucionalidad y donde la democracia aun es débil, que sea perdonado por una eventual presidenta Keiko, quien ya ha asegurado de que en caso de llegar al poder concedería amnistía a su padre.

Por otro lado, esta condena sienta un precedente para casos como el del actual presidente del Perú, Alan García, quien en varias ocasiones ha sido acusado de graves abusos a los derechos humanos, entre ellos masacres y desapariciones. Según algunas fuentes, en su anterior gobierno (1985-90) podrían haber desaparecido hasta 1600 personas.

Mientras la colectividad peruana espera similares condenas para otros implicados como Montesinos y Hermoza Ríos, la colectividad internacional se pregunta hasta qué punto este desenlace influirá para llevar a otros tiranos al banquillo de los acusados.

Thursday, October 2, 2008

¿Relevo en el orden político mundial?

Al presidente Bush parece no importarle que en poco menos de dos meses le dejará a su sucesor un país destruido financieramente, enfrascado en una guerra interminable y con poquísima simpatía internacional. Estados Unidos se encuentra al borde de una larga y dolorosa recesión económica que podría costarle su puesto de privilegio a nivel mundial como la única superpotencia planetaria.

Desde el final de la Guerra Fría, cuando se desintegró el mundo comunista a partir del hundimiento de la Unión Soviética, Estados Unidos había ejercido el papel de única potencia económica y política a nivel mundial; se hablaba de un mundo unipolar. Este inmenso poder fue utilizado para controlar ampliamente las instituciones e instancias internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional e incluso las Naciones Unidas, donde contribuye con el 25% del presupuesto anual de funcionamiento. Desde inicios de los 90s, en su rol de potencia mundial incontestable, lideró varias guerras alrededor del mundo y mantuvo su hegemonía en todos los océanos y regiones del planeta. Su poder militar le permitió establecer “alianzas” con antiguos enemigos y oportunistas amigos, que vieron en su poder y carta de valores, la solución a sus problemas sociales y económicos. Sin embargo, este dominio hegemónico podría estar llegando a su fin.

Según varios analistas económicos, entre ellos el académico estadounidense Jeffrey Sachs, el planeta se acerca peligrosamente a un punto de inflexión en donde el status quo mundial podría cambiar por primera vez desde el siglo XIX. De hecho, antes del 2050 podríamos vivir un cambio de paradigma en donde Asia sea el eje de la economía mundial -con más del 50% de la producción económica del planeta- y EE.UU y Europa queden rezagados a un segundo plano con apenas un 25% de participación. América Latina y África tendrían el otro 25%. Con estas proyecciones poco halagadoras, ¿Qué le queda por hacer al próximo presidente de los EE.UU.?

En primer lugar, debe comprender que el mundo ha cambiado y se proyecta como un mundo multipolar, donde varios países compartirán las decisiones que antes se hacían en solitario -o a lo mucho en consenso con el Reino Unido y un par de aliados incondicionales como Israel-, y que estos países estarán en lugares donde será muy difícil establecer o “demostrar” presencia y poderío militar estadounidense: China, Rusia, India e incluso Brasil. Segundo, un presidente sensato deberá darse cuenta que un consejo de seguridad de la ONU, que refleja el poder político de la II Guerra Mundial en 1945, dejó de ser efectivo y que ahora debe incluir a potencias emergentes, como Brasil, y a naciones que fueron excluidas por el resultado de la guerra, como Alemania. Tercero, el próximo presidente debe buscar acercamiento en igualdad de condiciones con la comunidad internacional y no como lo había hecho hasta ahora, en una posición de ventaja, debido a la noción de su poder.

No sabemos que pasará con este país y su sistema económico y político. Lo que sí sabemos es que con un presidente como McCain, y una vicepresidenta como Palin, aquello no cambiaría mucho y se mantendrían muchos esquemas. A Obama podría dársele el beneficio de la duda. En todo caso, la era de poder hegemónico del que disfrutó EE.UU hasta ahora, podría estar llegando a su fin. Las próximas semanas empezarán a poner las cosas en perspectiva.

Wednesday, October 1, 2008

¿Se viene la debacle financiera?

El sistema financiero estadounidense pasa en estos días por una grave crisis. Según muchos analistas, es una de las crisis más graves de la historia, comparable con aquella que precedió a la gran depresión de 1929. En menos de dos semanas, varios de los bancos más grandes del país se han declarado en banca rota. Por otro lado, la bolsa más importante del mundo -Wall Street- pasa por momentos durísimos. Tal es así que varios medios de comunicación calificaron al lunes pasado como “otro Lunes Negro”, en alusión a aquel lunes de octubre de 1987, cuando el indicador Dow Jones, se desplomó en una sola sesión. Y es que el principal indicador de Wall Street cayó el lunes 508 puntos, es decir un 22,8%. Este desplome causó pérdidas millonarias (estimadas en 500.000 millones de dólares) entre los inversores. En comparación, en 17 de septiembre de 2001, pocos días luego de los atentados terroristas en Nueva York, el Dow Jones bajó un 7.1% y fue considerado una catástrofe.

Al mismo tiempo, el estado norteamericano (sobre todo el poder legislativo) se encuentra ante la disyuntiva de aprobar o no un ambicioso plan de “salvataje” propuesto por el presidente Bush, para rescatar el sistema financiero con 700.000 millones de dólares, comprando activos hipotecarios en manos de los bancos. Esta sería la mayor intervención estatal de la historia. Y aquí es donde los Estados Unidos afrontan un dilema ético y moral: los defensores a ultranza del neoliberalismo y del poder del mercado para autoregularse (a través de una “mano invisible”, como la definió el economista escocés A.Smith), se sienten confundidos al no poder aprobar ese rescate millonario. De hecho, una gran parte de la teoría británico-americana de libre mercado llegaría a su fin. Al menos moralmente.
Y precisamente esto fue lo que causó la caída del lunes. Una Cámara de Representantes que sorpresivamente -o no- votó en contra del paquete de rescate financiero, hacía que la bolsa de Nueva York perdiera más de 500 puntos en 5 minutos. Ni siquiera los republicanos, del mismo partido de Bush, aceptaron la propuesta presidencial.

Ahora “el plan de rescate” ha sido revisado y se han hecho varios cambios. Y se lo ha vuelto a presentar, esta vez al Senado. Las votaciones serán esta noche. De esta votación dependerá el futuro del sistema financiero estadounidense, y el devenir de su tan predicada carta de valores.

Tuesday, September 30, 2008

Un nuevo amanecer para el Ecuador

Una vez proclamados los resultados del referendo del domingo, se pone en marcha un proyecto inédito en el Ecuador. De la mano de Rafael Correa, la ciudadanía espera que los cambios se consoliden y continúen. La nueva Constitución, que amplía los poderes del Ejecutivo, pero al mismo tiempo da espacio para las veedurías ciudadanas y la participación de la sociedad en el gobierno, es por primera vez una Constitución incluyente, equitativa y justa. Por vez primera también, es una Constitución labrada en base a las ideas y propuestas de amplios sectores de la sociedad ecuatoriana que acudieron a Montecristi o canalizaron sus deseos a través de los asambleistas. Es una Constitución perfectible, eso es cierto, pero en la forma, más no en el fondo. Esta Constitución será recordada -por el tiempo que dure, esperamos sean muchos años- como aquella que logró romper la hegemonía de un sistema elitista y excluyente, que desde la fundación de la Republica del Ecuador allá en 1830, había estado atada a ciertos grupos de poder y a la iglesia católica.

Quienes amamos y nos debemos al Ecuador, tenemos razones de sobra para celebrar. La Constitución fue aprobada por una mayoría absoluta de ciudadanos, incluyendo a la clase media ecuatoriana que representa, estoy seguro, un alto porcentaje de la población ecuatoriana. El ecuatoriano urbano también votó a favor del SI: sendas victorias en Quito y Cuenca avalan la premisa de que en la ciudad también caló hondo el mensaje de cambio y equidad, en pro de los más desposeídos. Obviamente, el ciudadano rural también supo determinar que es lo que mejor le conviene. Y es que la nueva Constitución facilitará los procesos para que el campesino y el comerciante tengan mejores días y oportunidades; al facilitar la gobernabilidad, se facilita la redistribución de recursos que potenciarán, por ejemplo, los créditos para producción y vivienda.

Alegrémonos por este gran paso hacia el cambio en democracia, y trabajemos por tender puentes también con la oposición. Que no falte la voluntad de dialogar del Gobierno - que estoy seguro no faltará-, aunque con los puntos muy claros sobre la mesa.

Monday, September 29, 2008

La revolución ciudadana arrasa. Y Guayaquil?

La revolución ciudadana empieza a cimentarse. El socialismo impulsado por Rafael Correa obtuvo mucho más del 50% + 1 necesario para que la nueva Constitución entre en vigencia. Ha sido un largo y penoso camino, en especial para la ciudadanía, bombardeada por las campañas del SI y el NO. Finalmente ha ganado el Si, y con ello también Correa y los ciudadanos deseosos del cambio.

Quién pierde? Eso aún no lo sabemos, en Guayaquil ha ganado el NO. Algunos escépticos e inciertos de la naturaleza humana, vemos un potencial conflicto en ello. Guayaquil no quiere una nueva Constitución: Guayaquil quiere a su alcalde y quiere consolidarse como un bastión de la oposición. En democracia, hay que respetar su decisión. Guayaquil está bien como está. Podría afirmarse que la percepción de la ciudadanía es que viven en una ciudad que avanza, que progresa, en donde las propuestas de la revolución ciudadana, al parecer no tienen cabida… o simplemente, no tienen mayoría.

Correa tiene que entender aquello.

Respetar el resultado, incluye también respetar la derrota (si es que la hay) o la falta de apoyo a la causa. No le sentará bien al país si ambos gobernantes -ahora uno y otro fortalecidos por sus “victorias”-, se enfrascan en pugnas y jaloneos, dimes y diretes, para ver quien es más fuerte, quien tiene el poder. El Gobierno, como ente nacional, tendrá muchas ventajas, tendrá el poder de asignar y quitar fondos, podrá demorarlos también… ahora con más fuerza, dada la nueva Constitución. Un Gobierno fortalecido en una ciudad donde un gobernante local tiene la mayoría, solo puede terminar en conflicto. Esperemos que no sea a golpes.

Sunday, September 28, 2008

Columbia en un día cualquiera; menos para mi

Lo primero que me llama la atención es la gigantesca biblioteca de estilo victoriano. La llaman Low Memorial Library, y fue alguna vez la biblioteca. Ahora ya no lo es. Es un salón de actos o algo así…En ese gran espacio central de la universidad deambulan cientos de jóvenes almas, apuradas por llegar… a alguna parte… a la biblioteca (la biblioteca real), su casa, un café…? No lo sé, y estoy demasiado entusiasmado para centrarme en ello. Sigo recorriendo: subo las emblemáticas escaleras y al llegar a la parte más alta, me acuerdo de Rocky, la película… en la parte más alta… me río. Sera posible? Estoy en una de las universidades más prestigiosas del mundo, el ambiente simplemente es distinto. Distinto a todo lo que he vivido antes, distinto a las universidades de Europa, que alguna vez visité… se siente un aire menos “académico-tradicional” pero mucho más activo. Me detengo. Me siento por un instante. Acabo de llegar a Nueva York pero por alguna razón no me siento extraño.

Ha pasado un mes desde ese primer acercamiento y el Patio Central de Columbia me impresiona todavía, aunque ya no como al inicio. Supongo que ya paso el shock inicial y ahora es parte de mi paisaje cotidiano. Este campus se ha convertido en el lugar donde paso el mayor tiempo, aquí como, aquí leo, aquí pienso, aquí escribo. Aquí me relaciono con la gente que, hasta hoy, conozco. Me sigue llamando la atención algo: la cantidad de estudiantes con rasgos asiáticos… supongo que son chinos, en realidad solo porque las estadísticas que me dieron al llegar, decían que ellos representan el mayor porcentaje de estudiantes extranjeros. Me surgen preguntas: Qué intenciones tienen al venir, Qué intenciones tiene su gobierno /si es este el que paga su educación/ y, Por qué estarían dispuestos a invertir tanto dinero en tantos ciudadanos de su país, si no estuvieran convencidos que esto no es un gasto, sino una inversión?